Una vez más aquí estoy. Borrachillo y apenado.
Acabo de discutir con quién menos quería discutir en el mundo.
¿Alguna vez habéis sentido la clase de amor que se intenta describir en el cine, la música o la poesía? Ese amor que te hace olvidarte de ti mismo. Que te hace querer proteger a la otra persona de todo mal. Ése que sabes que es de verdad y sin reparos. El que no se puede fingir.
Es maravilloso, ¿verdad?. Todo es dicha, todos los defectos quedan anulados. Sólo quieres estar con la otra persona y conocerla hasta que sea otra extensión de ti mismo.
Miras a ese otro ser y, no te preguntas, sabes que es para ti. Que siempre le serás fiel y que nunca lo abandonarás la cague lo que la cague. Ese amor hermanos, no tiene precio. Puede que esto suene cursi, pero, para mí, ése es el sentido de esta puta vida. Encontrar alguien así y, si es posible, que ése alguien también te quiera.
Cuando se vive algo así, el yo se convierte en nosotros y tus pensamientos dejan de pertenecerte sólo a ti, de por vida.
Ahora bien, ¿cómo se dice adiós a algo tan fuerte?. Cuando morirías por alguien, ¿cómo se acepta su marcha?. ¿Aceptas que tú nunca fuiste esa persona para tu amor y sigues adelante?. ¿Luchas o abandonas? y, si abandonas, ¿no estás abandonando esa parte de ti que te conecta con todo lo divino y hermoso?.
Se dice que el tiempo lo cura todo, que un clavo saca otro clavo, y, también, que es mejor haber amado y haber perdido que nunca haber amado. ¡¡SOPLAPOLLECES!! Cuando te has diluído tanto en otra persona que no sabes ni quién eres, cuando sólo ansías su voz, su cuerpo, su alma y la pérdida y el dolor casi te han destruído; no hay tiempo, clavo o comparación que valgan una puta mierda. Por lo menos, no para mí.
Tal vez debería seguir adelante. No verla más. Borrarla de mi mente y mis recuerdos, para siempre. Pero, ya lo he intentado, y no sirve. Seguiré luchando para que esa persona séa un pilar inamovible de mi vida. Aunque nunca recupere lo que perdí. Puede que, al final, encuentre algo igual de bueno en otra persona. Al fin y al cabo, somo más de seis mil millones de humanos.
Si algo tengo claro, es que no me volveré a desvanecer en pena y llantos. Hay mucho que hacer y que vivir en este absurdo vodevil que es la vida. Dura poco y es cuesta arriba, pero las vistas desde lo alto tienen que ser acojonantes si subir cuesta tanto, ¿no?.
Algunos ya sabeís de quién estoy hablando. Y ya me advertisteis. Hoy podéis decir "Te lo dije". Pero, no sería yo si me rindiera con esto. Yo nunca me rindo con la gente a la que quiero. No seré ese tío.
Mi camino es mío y tengo que vivirlo lo mejor que sé. Sólo espero, que estéis ahí debajo para recogerme si me caigo.
Se os quiere.
Passi.
¿Ha visto usted a este hombre?
Hace 2 años
Varias cosas:
ResponderEliminar1)No bebas más tú!!
2)Duerme a horas normales tú!!
3)Hoy no me apetece decir "te lo dije",...PERO MIRA QUE TE LO DIJE!!
4)Según yo lo veo, desde una concepción tal vez 0% romántica y para alguien posiblemente catastrofista (aunque tanbién en cierto modo esperanzadora...), dos personas no pueden seguir un solo camino, sino que sus caminos se juntan y transcurren de forma paralela un tiempo, y puede que continúen así mucho tiempo, o no. Sea como sea, tenemos que andarlo nosotros solos, aunque resulte muy duro en ocasiones.
5)siempre hay gente caminando a tu alrededor por caminos cercanos...
Love you!!
Ánimo!!
Animo!
ResponderEliminarEl tiempo todo lo cura.
Un clavo saca otro clavo.
Siempre q uno se deje, claro.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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ResponderEliminarAupa, Passi.
ResponderEliminarNo estoy en lugar de decirte casi nada.
Lo que te ha llevado a donde estás ni sanará con clavos, ni tiene que ver mucho con esa persona especial.
No sé qué pensar, no sé a qué parte de mi mente creer. No veo con claridad, ni escucho sin interferencias. Yo mismo trato de salir de mi propio infierno; y no es que me vaya muy bien.
Estaremos aquí, eso sí. Como no nos ponen las personas con pene, no andamos jodiéndonos.
No te precipites nene...
ResponderEliminarEres un gilipollas.
ResponderEliminarDe verdad que he pasado por algo parecido, hasta que te das cuenta de que agarrarse a un clavo ardiendo es la mejor manera de quemarte la mano y no ver la de churris que pasan por delante.
Es duro, pero carpetazo y para adelante. Mira que desde que cambié mi forma de ver la vida, ando pillando a tope. Y no con ello me siento mejor conmigo mismo, sino que empiezo a salir del agujero NEGRO donde estaba y todo se vuelve más gris. Como más luminoso.
Al tiempo, Passi. Y sobre todo, ánimo.